Cómo vemos la Estrategia Europea para los Datos

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Desde el comienzo de su mandato, en diciembre de 2019, la nueva Comisión Europea está ejerciendo un fuerte liderazgo en la Transición Digital. Prueba de ello es la publicación de la Estrategia Europea para los Datos, que acaba de ser sometida a consulta pública.

Desde la Asociación Europea para la Transición Digital damos la bienvenida a la propuesta de la Comisión. Sin embargo, hemos remitido nuestras observaciones, detallando nuestra postura en torno a los hitos que se plantean.

La necesidad de una Identidad Digital Europea

El desarrollo europeo en torno a los datos exige de una regulación concreta, ambiciosa, flexible e inteligente parano ser un agente reactivo al progreso del data, sino proactivo.

El data, entendido como un bien o activo de nuestras sociedades y economías, tiene un dueño y éste no puede ser otro que la persona de donde salen los datos o quien los ha generado (directa o indirectamente).

Echamos de menos en esta Estrategia una reflexión acerca de la Identidad Digital de los europeos. Acerca de la Ciudadanía Digital Europea. Queremos una Europa unida, fuerte y soberana. El marco que guíe y regule el futuro de nuestros datos y la actividad digital en general será clave para lograrlo.

En este marco, consideramos que la Estrategia debe abordar el data con todo el respeto a su dimensión más ciudadana y personal, y también en toda su amplitud: pensando estratégicamente para garantizar el mejor futuro social y económico a los europeos. Aunque esto se pueda desarrollar en una futura Directiva de Servicios Digitales, parte de las bases de esa nueva norma deberían figurar ya en esta Estrategia del Data.

Asimismo, proponemos valorar la creación de una autoridad europea que, más allá de la protección de datos, se dedique a vigilar el desarrollo de los servicios digitales. Que analice la digitalización y sus consecuencias para los europeos desde todas las principales perspectivas: la social, la económica, la ciudadana, la de consumo… Y también en lo relativo a la Seguridad y la Defensa..

Hacia un mercado único del data

Desde una perspectiva más económica, creemos que esta Estrategia ha de servir como ‘piedra angular’ de la creación de un mercado potente, competitivo y líder en la generación y uso de datos para beneficio de los ciudadanos europeos y sus empresas, principales generadoras de empleo en el territorio de la UE. En línea con los Tratados europeos, es necesario crear un mercado único para el denominado ‘cuarto factor de producción’ de la economía europea, dado que ya existen los ‘mercados únicos’ para los otros factores de producción (libertad de movimiento de personas, mercancías y capitales), claves para el fortalecimiento de la soberanía de la sociedad europea y de sus ciudadanos frente a los desafíos globales. Los datos son el insumo clave de todas las tecnologías de futuro: la UE debe por tanto impulsar esa mirada de ‘mercado único’ y abordaje común respecto a ellos.

No se trata sólo de que por decreto gubernamental se tenga que avanzar en digitalización de nuestras sociedades y Estados, sino de que los ciudadanos y las empresas reciban las señales correctas para tomar decisiones potentes y rápidas, y de esa manera crear en Europa entornos de innovación y competencia lo suficientemente dinámicos y potentes como para disputar la actual posición de mercado de los gigantes tecnológicos internacionales. Es importante, en este sentido, tener muy claras las ventajas competitivas del mercado común europeo, formado por más de 500 millones de habitantes, con una base económica diversificada en los sectores agrícola, industrial y servicios que son grandes generadores de ‘data’ que es necesario aprovechar y sacar partido.

Gestión descentralizada de los datos

En el punto 3 de la Estrategia presentada por la Comisión Europea, consideramos que el beneficio para la sociedad europea del uso de los datos va mucho más allá de una visión ‘top-down’ de la protección de datos. Desde hace años se persigue la creación de sistemas centralizados, cuando es más eficiente y supone una menor acumulación de riesgos una gestión descentralizada pero coordinada de los datos. Como ciudadanos europeos, no abogamos por la creación de sistemas centralizados de datos, los cuales son más frágiles y vulnerables ante posibles ataques cibernéticos. Creemos que la vía es tejer redes inteligentes que conecten bases de datos dispersas en los sectores y territorios de manera que se establezca un intercambio fluido de datos sin el grave riesgo que acarrearía, por ejemplo, un único ‘cloud’ a nivel europeo.

La importancia de disponer de tecnología propia europea

Respecto al desarrollo de infraestructuras creemos preciso hacer hincapié en la importancia de la disponibilidad de tecnología propia europea. Lamentablemente, durante los últimos años hemos asistido a hechos que muestran que la tecnología y lo digital también implican importantes amenazas para la calidad democrática y los derechos y libertades de los europeos. Ciberataques, casos de espionaje informático, vulneraciones de la privacidad, injerencias en procesos electorales, fake news… ¿Nos estamos olvidando en esta Estrategia de todas esas preocupantes realidades, que también -todas ellas- se basan o guardan relación con el acceso a información y Data?

De poco sirve hacer un discurso de ‘independencia’ con respecto a actores extranjeros cuando acto seguido hay que comprarles gran parte o toda la tecnología necesaria para, por ejemplo, hacer el despliegue de las grandes bases de intercambio de datos y ‘clouds’. Puede haber, obviamente, aportaciones tecnológicas de otros, pero no hemos de estar en manos de otros. Creemos que Europa debe garantizarse cierto control: los desarrolladores principales y los dueños y gestores de las infraestructuras que impulsen el Data en Europa deben ser fundamentalmente actores europeos, que merezcan la confianza de los ciudadanos europeos. Sin el más mínimo riesgo de que pueda primar el interés de un actor o país extracomunitario sobre los intereses de Europa. Europa cuenta con empresas potentes y competentes para realizar, colaborando en un marco adecuado, todos los desarrollos tecnológicos que sean necesarios.

La Estrategia también hace también hincapié en la integración de esfuerzos que están haciendo individualmente los Estados Miembros de la Unión Europea mediante la creación de mecanismos para compartir los avances, especialmente de los proyectos más innovadores y que están en un grado de desarrollo más alto. Se trata de no duplicar esfuerzos y tratar de integrar lo que se está haciendo por cada parte. Esto es, a juicio de nuestra Asociación, un elemento particularmente interesante para el consumidor europeo (sea persona física o empresa), ya que en muchas ocasiones tiene que financiar con tarifas más elevadas la curva de aprendizaje. En consecuencia, intercambiar las tecnologías con grados crecientes de homogeneización es necesario y muy positivo.

Desde la Asociación Europea para la Transición Digital hemos aportado estos puntos de vista al proceso de participación pública de la Estrategia Europea para los Datos con una visión constructiva, crítica y colaborativa:

  • para garantizar a los ciudadanos europeos el máximo control sobre sus propios datos, al tiempo que el máximo aprovechamiento y retorno posibles por su valor;
  • y, para consolidar a Europa como un referente global en materia de digitalización y como palanca de crecimiento económico, innovación social y progreso.