Hace ya doce años que nació bitcóin, y con ella, el fenómeno de las criptomonedas, activos digitales no emitidos por ninguna autoridad central y que se transaccionan a través de la tecnología blockchain. En estos doce años bitcóin ha sufrido espectaculares vaivenes en su valor, y se ha consolidado como un elemento especulativo de alto riesgo -en los últimos doce meses se ha revalorizado un 20%-, pero no como una moneda de uso común.
También ha evolucionado el propio concepto de criptomonedas -el principal tipo de criptoactivos-, despertando en los últimos años mayor interés de instituciones monetarias y grandes empresas. Un hito significativo de esta evolución fue la presentación, el 18 de junio de 2019, de Libra, una moneda digital impulsada por Facebook y que estaría referenciada a activos financieros convencionales, como las divisas más fuertes (fundamentalmente el dólar). Recibido con enorme escepticismo y muchas dudas por la Reserva Federal, año y medio después el proyecto de Libra aún no termina de arrancar.
Ahora la Comisión Europea trata de ordenar el terreno de juego de las criptomonedas, que tiene enormes potencialidades y también riesgos sistémicos, pues, en definitiva, se está abriendo la posibilidad de acabar con el monopolio de la emisión de moneda por los bancos centrales. Este jueves 24 la institución que dirige Ursula Von der Leyen presentó su Paquete sobre Economía Digital, que incluye un borrador de reglamento sobre Mercados de Criptoactivos (MiCA, Markets in Crypto-Assets).
Las normas propuestas, que deben ser aprobadas por la Eurocámara y los 27 Estados, exigirán a los proveedores de servicios de criptodivisas tener presencia física en la UE, además de una autorización de las autoridades nacionales competentes. Deberán cumplir una serie de requisitos de capital y estándares de gobernanza, así como mantener separados los activos de sus clientes de los propios.
Además, los proveedores habrán de publicar un ‘libro blanco’ con toda la información relevante sobre el activo. En estos documentos deberán incluir información sobre el proyecto y el uso previsto de los fondos, así como las condiciones, derechos, obligaciones y riesgos asociados.
La Comisión planea también condiciones especiales para las llamadas ‘stablecoins’, aquellas, como Libra, cuyo valor está referenciado a otros activos. “La razón es el gran tamaño potencial que pueden tener en usuarios, lo que podría suponer desafíos específicos para la estabilidad financiera”, explicó durante la presentación del borrador Valdis Dombrovskis, vicepresidente del Ejecutivo comunitario responsable de Servicios Financieros.
Según explica la Comisión en su comunicado de prensa, “la estrategia tiene por objeto garantizar la igualdad de condiciones entre los proveedores de servicios financieros, ya sean bancos tradicionales o empresas de tecnología: la misma actividad, los mismos riesgos, las mismas normas”. La digitalización del dinero es un proceso ya imparable, y sería una irresponsabilidad que la UE no tomará las riendas para ordenar el proceso. Se trata de defender la soberanía europea, en este caso la monetaria, marcando unas claras reglas del juego, en un mercado único digital, para que todos puedan competir en igualdad de condiciones y ofrezcan los mejores servicios al consumidor. Solo así podremos aprovechar las oportunidades de la expansión de las criptomonedas, y mitigar los riesgos.