La Inteligencia Artificial no puede ser un duopolio de EEUU y China

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Un reciente informe de la Agencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) alerta de los desequilibrios que se están produciendo en el desarrollo de la economía del dato y, más específicamente, en su aplicación a un ámbito de enorme potencial como la Inteligencia Artificial (IA). El ‘Informe sobre la Economía Digital 2021. Flujo de datos transfronterizos y desarrollo: para quién fluyen los datos’ detalla con cierta crudeza un panorama que preocupa desde su nacimiento a la AETD: se está construyendo un duopolio de EEUU y China, en el que el resto, por supuesto también Europa, serían poco más que simples suministradores de datos.

Según detalla el informe, China y Estados Unidos tienen las tasas más altas del mundo de adopción de 5G, han aportado en los últimos cinco años el 94% de toda la financiación de las nuevas empresas de IA y emplean al 70 % de los investigadores más punteros en esta materia.

Y su poder geopolítico actúa en sinergia con el poder empresarial. Apple, Microsoft, Amazon, Alphabet (Google), Facebook, Tencent y Alibaba –las cinco primeras estadounidenses, las otras dos chinas- suponen casi el 90% de la capitalización bursátil de las mayores plataformas digitales del mundo. Y subiendo, pues se han visto beneficiadas por el impulso a la digitalización por la pandemia. Así, y siempre citando datos del informe, mientras que el índice compuesto de la Bolsa de Nueva York creció un 17% entre octubre de 2019 y enero de 2021, las cotizaciones de las principales plataformas experimentaron una subida de entre un 55 % (Facebook) y un 144 % (Apple).

Con su enorme músculo financiero, estas compañías apuestan claramente por la economía del dato, invirtiendo en muchos de los eslabones de su cadena de valor, como cables submarinos y satélites. “Se han convertido en corporaciones digitales globales de ámbito planetario; han adquirido un enorme poder financiero, tecnológico y de mercado, además de controlar grandes cantidades de datos sobre sus usuarios», dice UNCTAD.

Ante este panorama, Naciones Unidas advierte del riesgo, muy cierto, de que los países en desarrollo se conviertan “en meros proveedores de datos en bruto para las plataformas digitales globales”. La cruel ironía está en que, además, tendrían que acabar pagando por las aplicaciones de la Inteligencia Digital… obtenida a partir de sus datos.

El informe pone el énfasis en la necesidad de establecer una gobernanza global de los datos, un debate que, como reconoce el propio texto, está en un punto muerto. Ante este bloqueo, pide soluciones intermedias, que tengan en cuenta “todas las dimensiones de los datos, tanto las económicas como las no económicas”, es decir, es decir, asuntos de derechos humanos, seguridad nacional, fiscalidad… Mientras tanto, “la autorregulación ha gestado unas estructuras de mercado definidas por las plataformas, en beneficio predominantemente de ellas mismas”.

La respuesta de la UE

En ausencia de una gobernanza global de las plataformas digitales, los organismos comunitarios trabajan desde hace meses en la Data Governance Act, o Ley de Gobernanza de Datos, con el objetivo, como dijo el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, de crear “un mercado único, abierto y soberano”. El propósito de la norma es incentivar la cesión de datos con confianza y generar un espacio europeo para el data, dotado de infraestructuras tecnológicas y mecanismos de gobernanza.

En esta propuesta de la Comisión nos parece especialmente interesante el foco en la reutilización por parte de las autoridades de los datos protegidos anonimizados o seudoanonimizados, en áreas como la sanidad y la educación. Obviamente, la reutilización de los datos debe ser no discriminatoria, proporcionada y objetivamente justificada, en busca de una mejor prestación de servicios públicos.

Europa puede, y de hecho debe, crear su propio modelo de gobernanza. Pero es solo parte del camino. El reto es que nuestro modelo sea asumido más allá de la UE. Sin una gobernanza global, como dice el informe de Naciones Unidas, “se corre el riesgo de que surja en el futuro una economía digital impulsada por los datos en compartimentos estancos”, una “situación subóptima” en términos económicos. Necesitamos un modelo global y competitivo, en el que todos puedan beneficiarse de las enormes potencialidades de la Inteligencia Artificial.