Sin el médico, la tecnología no cura

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Este miércoles 19 de mayo se celebra el Día Mundial del Médico de Familia. En España es una figura clave en la construcción del sistema sanitario. Actúa como el garante de la biografía de salud de cada uno de sus pacientes, con una visión integral que le permite prevenir la enfermedad y promover la salud.

Pero este sistema, cuyas bases se asentaron con la reforma de la Atención Primaria de 1984, tiene grietas, que se han manifestado en los últimos años. La limitada disponibilidad de profesionales, junto con el aumento de la cronicidad y el riesgo de vulnerabilidad entre la población, han llevado a la Atención Primaria a una crisis de capacidad de respuesta. Y los profesionales sufren cada más desánimo, agudizado por los efectos de la larga pandemia.

La tecnología, riesgo y solución

La nueva sociedad digital es una oportunidad para, apoyándose en las posibilidades tecnológicas, recuperar el espacio del Médico de Familia en el Sistema Nacional de Salud, reforzando atributos como la visión integral y social, la continuidad y la longitudinalidad en la atención sanitaria.

Sin embargo, las oportunidades no están exentas de riesgos, como viene manifestando la AETD.

Han aparecido muchas soluciones tecnológicas orientadas al autoconsumo. Son tentadoras, pero resultan inútiles si no están integradas en toda una cadena profesional – un servicio de salud, un médico de familia y un equipo de atención primaria – que monitorice los resultados obtenidos a través de la tecnología y sea capaz de dar la respuesta asistencial precisa.

El médico de familia, garante de la biografía de salud de los ciudadanos, también ha de liderar y evaluar el despliegue tecnológico destinado a mejorar el seguimiento de los pacientes en el ámbito extrahospitalario. Porque hablamos de salud, no de otro negocio de las grandes empresas tecnológicas.