Los derechos digitales de los menores en la red

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En la Fundación ANAR trabajamos desde hace más de medio siglo para garantizar la promoción y defensa de los derechos de niños, niñas y adolescentes, en el marco de la Convención de Derechos del Niño de Naciones Unidas. En los últimos años, nuestra labor se ha visto transformada por el impacto de la tecnología, que afecta de forma transversal a todos los problemas de la infancia y adolescencia.

En 2020, como consecuencia de los efectos de la pandemia del Covid-19, experimentamos como los problemas de niños y adolescentes asociados a la tecnología se incrementaron, pasando de un 23,2% a un 29,9% del total de casos que atendimos. Hablamos de situaciones como grooming, ciberacoso, violencia de género, pornografía y prostitución infantil, trastornos de la alimentación, autolesiones, ideaciones e intentos de suicidio y otros problemas psicológicos.

En ese 2020 surgieron también mayor número de consultas en relación a problemas psicológicos debidos a las tensiones dentro de las familias: el miedo a perder el trabajo, a no tener alimentos, no saber cómo adaptarse a la nueva situación, sentir la pérdida de libertad, la tristeza de las noticias y fallecimiento de seres queridos. Situaciones que generaron un caldo de cultivo que aumentó la propensión a padecer problemas psicológicos. Además de los problemas esperados como depresión/tristeza, duelos, miedos, ansiedad y aislamiento, nos encontramos con un incremento muy significativo de problemas psicológicos muy graves como son ideas/intentos de suicidio, las autolesiones y los trastornos de alimentación.

También aumentaron los casos de violencia dentro del hogar, sobre todo los casos de maltrato físico y psicológico a los menores de edad. o más evidente. Con la vuelta al colegio, los problemas de conducta se agravaron todavía más, tras una etapa excesivamente pronunciada en el tiempo en la que niños, niñas u adolescentes estuvieron solos, usando la tecnología a demanda y sin control de horarios por parte de los padres, que a su vez estaban teletrabajando. Con la vuelta al colegio, la falta de límites y respeto a la autoridad se hizo todavía mucho más evidente.

La Fundación ANAR promueve un catálogo de principios y derechos que deben amparar a niños, niñas y adolescentes en su relación con las tecnologías. Desde Fundación ANAR consideramos que es preciso que, de forma urgente, se desarrolle un marco jurídico que regule la protección de las personas menores de edad en el uso de las tecnologías de la información y comunicación:

  • Para evitar su acceso a contenidos de Internet dirigidos a adultos que resultan lesivos y peligrosos para personas menores de edad (pornografía, violencia, drogas..), a través de los medios técnicos oportunos que permitan acreditar la mayoría de edad.
  • Para evitar que ese tipo de contenidos les aparezca de forma involuntaria (publicidad, cookies..) mientras están haciendo uso de Internet y medios digitales adecuados a su edad.
  • Para establecer como obligatoria la verificación de la edad en aquellos servicios digitales que permitan que los usuarios sean niños, niñas y adolescentes a partir de una determinada edad.
  • Para garantizar la formación digital de madres y padres.
  • Para facilitar los mecanismos de control parental.
  • Para hacer de Internet un lugar seguro para niños, niñas y adolescentes

Como ha señalado el Comité de Derechos del Niño de Naciones Unidas, el entorno digital reviste una creciente importancia para casi todos los aspectos de la vida de los niños, niñas y adolescentes. Los derechos de todos ellos deben respetarse, protegerse y hacerse efectivos también en el ámbito digital.

Fundación ANAR

La Asociación Europea para la Transición Digital agradece a la Fundación ANAR su colaboración en nuestro blog, y su presencia en las recientes jornadas organizadas por la AETD ‘Los derechos digitales del menor en la red’, a través de Sonsoles Bartolomé, su representante jurídica.